Seis formas racionales de enfrentarnos al pánico financiero

¿Qué hacer cuando nos encontramos en una situación de pánico financiero? ¿Qué hacer ante un despido repentino o unas finanzas que parecen insostenibles?

Lo primero y más importante: mantén la calma. No vas a resolver ningún problema si eres presa del pánico. En ese estado es muy probable que tomes malas decisiones – las cuales probablemente terminarás por lamentar.

Respira hondo y piensa bien lo que vas a hacer. Aquí tienes siete consejos que puedes probar si te ves en apuros económicos.

Se proactivo. Mucha gente se esconde cuando se enfrenta a una situación difícil, tratando de evitar el problema. Se dedican a distraerse con cualquier cosas, desde los videojuegos a la televisión pasando por cualquier otra actividad que les proporcione un alivio cortoplacista del estrés. No es el mejor momento para hacer estas cosas, al menos no en exceso.

En lugar de batirte en retirada, emplea tu tiempo en responder esta pregunta: ¿qué puedo hacer ahora mismo para arreglar mi situación financiera? No evites el problemas – coge el toro por los cuernos.

Intenta conseguir otros ingresos lo más rápido posible. Ya sea encontrando un segundo trabajo o uno nuevo en caso de despido. No es el momento de seleccionar. Cualquier trabajo es mejor que ninguno en momentos complicados.

Una vez que lo hayas logrado, puedes invertir el tiempo restante en buscar otro empleo que se ajuste a tus estudios o afinidades, Pero es vital que no “esperes” a que aparezca una oferta mejor. Si lo haces, tus finanzas se resentirán aún más.

Corta con todos los gastos que no sean estrictamente necesarios. Sí, esto significa prescindir de la televisión de pago, o cancelar el móvil. Significa prescindir incluso de Internet – siempre puedes conectarte desde una biblioteca pública o un cyber. Renuncia a todo lo que no tenga que ver con tus necesidades básicas.

Suena doloroso, pero tendrás renunciar a cualquier extra hasta que tengas de nuevo la situación bajo control. Restringir, restringir y restringir.  Más adelante podrás volver a contratar esos servicios (si los echas de menos).

Haz limpieza. Busca cosas que no uses con frecuencia y que puedas vender (en Ebay, por ejemplo). Busca colecciones de DVDs o CDs, o cualquier otra cosa que tengas acumulada en casa – ¿realmente necesitas esas cosas?

Puedes sentirte tentado a quedártelas por motivos sentimentales, pero pregúntate esto: ¿qué sentimientos puede representar algo que está guardado en una caja en el fondo del armario?

Prioriza tus deudas. Obviamente, es mucho mejor liquidarlas todas, pero si no tienes otra opción, paga primero las que conlleven daños colaterales (la hipoteca) y deja las demás para después.

Esto puede significar fallar en algún otro pago si no hay más remedio, pero ten en cuenta que es una opción mucho mejor que perder tu casa.

Utiliza tus amistades en tiempos de necesidad. No tengas miedo de pedir ayuda a tus verdaderos amigos si estás en apuros. Puede que tengan ideas y recursos que no sospechas y que te pueden ayudar a mejorar tu situación – desde una oferta de trabajo hasta una invitación a cenar.

Recuerda, los amigos deben estar ahí para ayudarse en tiempos difíciles, y tú estás pasando por uno de ellos. Cuéntales lo que te ocurre.

Finalmente, no olvides este momento. Es muy fácil que tomemos decisiones poco afortunadas cuando las cosas nos van bien, pero cualquiera puede pasar por una mala racha. Es siempre mejor gastar algo menos cuando nuestros ingresos son buenos para tener alguna reserva en la que apoyarnos en el futuro.

Buena suerte.

Si sabes inglés puedes leer más artículos como este en thesimpledollar.com.

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