Preparándonos para un Largo Declive

Estamos en un mundo donde la globalización es un hecho, y por lo tanto muchos trabajos pueden ser trasladados a cualquier punto del planeta gracias a la libertad de movimientos de capitales y empresas, a Internet y la nueva economía de la información. Cada vez más el mundo se está convirtiendo en un mercado global. En otras palabras, todas las naciones vamos a asistir a un proceso en el que la calidad de vida se va a igualar, ya que la competencia entre trabajadores por un trabajo concreto será mundial.

En algunos países esto significará una mejora en las condiciones de vida de los trabajadores, pero en otros, los más desarrollados, puede significar un empeoramiento. En todo caso, no creo que volvamos a ver crecimientos del desarrollo en nuestro país tan grandes como los que experimentamos en décadas pretéritas.

A pesar de todo, la situación no es como para dejarse llevar por el pánico. Hace años que los salarios reales no mejoran con respecto al IPC, sino más bien al contrario. Sin embargo, el verdadero cambio en nuestras vidas se ha producido por el incremento de costes. Hay un montón de servicios en la actualidad que muchos de nosotros consideramos esenciales – y que pagamos religiosamente cada mes – que hace históricamente poco tiempo no existían. Teléfonos móviles. Ordenadores personales. VCRs y DVDs. Internet. Y la energía que necesitamos para mantener todo esto en funcionamiento. La mayoría de nosotros consideramos estos servicios casi un requisito mínimo – y eran cosas que ni siquiera existían en los años 70.

Mi predicción (y espero equivocarme) es que en el futuro continuará esta tendencia. Los salarios reales no subirán al mismo ritmo que nuestros gastos, si es que suben.

Así que, ¿qué podemos hacer? Hay dos soluciones clave que todo el mundo puede aplicar. Además, pueden beneficiar a todos sin importar que crean o no que el cambio se está produciendo. Son las de siempre: gastar menos y/o ganar más.

Podemos gastar menos si reconocemos que no necesitamos todos los servicios y herramientas que aparecen en el mercado.

De cuando en cuando, párate a pensar y fíjate en cómo gastas tu dinero. ¿En qué se van tus ingresos mensuales? Una vez que lo sepas, siéntate y evalúa esos gastos con honestidad. ¿Estás invirtiendo ese dinero en cosas que en realidad no añaden valor a tu vida? Si es así, suprime esos gastos de forma radical.

Hace unos meses me sentí tentada a contratar algún tipo de tarifa plana de Internet para mi móvil, o hacer un contrato que me diera un módem USB para poder tener esa movilidad. Consulté precios en varias compañías. Al final, reflexionando un poco, me pregunté para qué necesitaba ese servicio, y me di cuenta de que simplemente no lo necesitaba. Así que decidí no contratar ese servicio, tan simple como eso.

Por otra parte, podemos ganar más mejorando nuestras capacidades.

¿Qué quiero decir? Piénsalo de esta forma. Hay dos mecánicos muy competentes en tu ciudad que cobran más o menos lo mismo por su trabajo y ofrecen una calidad idéntica. Uno de ellos es poco amable con sus clientes, no explica las reparaciones que hace adecuadamente y tampoco proporciona documentación o asistencia. El otro es muy amistoso y agradable, explica de forma comprensible las reparaciones que son necesarias y proporciona documentación a sus clientes. ¿Cuál de los dos crees que tendrá más éxito con su negocio, conseguirá más clientes y, por tanto, mayores ingresos?

Este mismo principio es aplicable a cualquier campo. Todos tenemos ciertas capacidades en nuestro haber que podemos aprovechar. Siempre hay algo que se nos da bien – y algunos de nosotros incluso tenemos más de una capacidad reseñable. Cuando llega el momento de elegir entre dos personas que tienen idénticas características básicas, los extras son lo que cuenta. ¿Se comunican bien? ¿Saben escuchar? ¿Son organizados? ¿Responden cuando se les necesita? Estas cosas se tienen en cuenta sin importar cómo funcione la economía, pero son especialmente importantes si va mal. Pueden significar un puesto de trabajo, un aumento o mejores oportunidades.

Todos podemos conseguir un futuro mejor si nos preparamos para ello. El futuro es siempre una oportunidad y no algo a temer.

Si sabes inglés puedes leer más artículos como este en thesimpledollar.com.

One Response to “Preparándonos para un Largo Declive”

  1. Trabajo y Felicidad

    […] Quítate presión y empieza a hacer planes. No des el salto a no ser que tengas claro que vas a caer en un puesto mejor que el que tienes […]

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