La diversificación de activos y sectores empresariales en las futuras inversiones a realizar es uno de los principales preceptos bursátiles que los pequeños y medianos inversores deberán estudiar, planificar y tener muy en cuenta a la hora de plantearse seriamente la opción financiera de participar en los mercados de valores.
Los mercados de Bolsa tan globalizados permiten realizar la compra-venta de acciones de diversas empresas internacionales en sectores, hasta hace poco, exclusivos o restringidos solo para grandes inversores, fondos especializados o simples inversores especuladores del futuro más cercano. Uno estos sectores empresariales en moda bursátil es el de la robótica con excelentes perspectivas de importantes o posibles beneficios futuros en pos, del auge mundial y uso extendido de Internet, la programación robótica o la inteligencia artificial.
La construcción de una buena cartera de inversión personal requiere de la asignación en sus distintos porcentajes de diferentes valores cotizados en Bolsa y el sector de la robótica se presenta actualmente como otra opción financiera, dado que el crecimiento de la mayoría de sus empresas en beneficios y las expectativas de crecimiento recurrente del 15% o 20% anual le hace muy apetecible con vistas a la inversión para el medio-largo plazo.
Las previsiones más optimistas de los analistas norteamericanos –USA- estiman que el negocio de la robótica a nivel global podrá alcanzar cifras cercanas a los 130.000 millones de dólares para el año 2020. El empleo de personal especializado y una cada vez mejor calidad en sus productos son una de las prioridades o principales demandas de este futurista sector tecnológico de fuerte implantación en zonas económicas punteras como puedan ser el Este de Asia, Europa y Norteamérica.
EL FUTURO CERCANO DE LA ROBÓTICA
Lejos va quedando la visión estereotipada del uso de los robots como simples “aparatos metálicos” que de forma repetitiva y precisa solo realizan tareas en sectores industriales como el automóvil. La verdadera realidad actual es que los robots cada día más se adentran en nuestros hogares realizando muy diversas tareas o funciones domésticas y además sirven de manera educativa a una mejor formación de nuestros hijos.
Tras los continuos avances en la telefonía móvil con los smartphones se vienen sucediendo en este sector la aparición periódica de variados productos con una mayor venta, como gafas inteligentes, relojes interconectados a la red, cámaras de vigilancia y control cada vez más sofisticadas e incluso, el uso de los llamados drones para multitud de tareas prácticas de ocio personales, temas laborales, civiles o uso militar.
La inversión en robótica nos acercará financieramente al mundo de la empresa tecnológica de este siglo XXI, la sanidad, logística, consumo, servicios y la gran variedad de sectores anexos que dependen de la alta tecnología robótica para seguir siendo importantes en sus nichos de mercado, como puedan ser el sector de la infraestructuras, medios de comunicación, medicina, grandes corporaciones aeronáuticas, ferroviarias o navieras.
El proceso de aumento de ventas y mayor uso de esta tecnología robótica requiere de productos cada vez más pequeños, complejos o eficientes y a su vez, también cada vez más baratos haciendo que este tipo de aplicación tecnológica potencialmente muy ampliable durante años avance claramente en sus mayores beneficios empresariales y por tanto, una mayor rentabilidad para sus accionistas.
Como siempre solemos recordar a nuestros muchos lectores y seguidores en esta sección de Consejos Bolsa, antes de proceder a invertir con su dinero real el futuro inversor deberá estar debidamente asesorado por profesionales financieros, sobre las ventajas y riesgos inherentes a este tipo de apuesta inversora en un sector tecnológico tan cambiante, exigente, competitivo y volátil, para poder así encontrar su propia respuesta particular a nuestra cuestión inicial: “Invertir en robótica: ¿Una apuesta de futuro?”
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La frase elegida para este artículo dice así:
Me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida.
Woody Allen