Desgravación por reforma de vivienda

El Gobierno ha aprobado en su reunión del Consejo de Ministros de la tercera semana del mes de abril, el incremento de la desgravación fiscal por reforma de vivienda, como intento de seguir dinamizando el sector de la construcción a través de otras vías diferentes a la construcción de vivienda nueva.

La desgravación por reforma de vivienda fue aprobada hace ahora un año exactamente, quedando fijada en el 10% del coste total de la reforma, para ingresos inferiores a los 53.007,20 euros, con un escalón de 33.000 euros, de forma que hasta el escalón la desgravación era del 10%, para luego ir descendiendo paulatinamente hasta llegar al límite de ingresos de 53.007,20 euros.

Los datos demuestran que la medida tuvo un impacto relativo en este pasado año 2010, con apenas un 2% de incremento de visados de licencias para reformas con respecto al año 2009, para un total 32.613 nuevos visados, lejos de lo previsto por el Gobierno, que había marcado el objetivo en la generación de 350.000 nuevos empleos.

Sin embargo, y a pesar de estos datos no demasiado halagüeños, el Gobierno ha querido dar un nuevo impulso a la medida, con un incremento en la desgravación fiscal por reforma de vivienda y en el límite máximo de ingresos para poder beneficiarse de la misma.

Así, la nueva desgravación fiscal pasa al 20%, en lugar del 10% que teníamos hasta ahora, y el límite de ingresos pasa de los 53.007,20 a los 71.007 euros anuales, con lo que cubriría al 97,3% de la población, consiguiendo un nivel de universalización de la medida casi absoluta.

Otra diferencia aparece en el escalón previo, que pasa de los 33.000 euros del año 2010, a los 53.000 euros de este año 2011, a partir de cuyo momento la desgravación máxima se va reduciendo en porcentaje, hasta desaparecer al cruzar el umbral máximo.

Ahora habrá que ver si esta nueva medida del Gobierno surte efecto, o si se mantiene en una posición inocua, como sucedió en el año 2010, y es que la principal medida que necesita la sociedad no es desgravación fiscal, sino creación de empleo, porque sin ingresos mensuales, de poco sirve que se produzca una desgravación de ningún tipo, y acaba por lastrar la iniciativa.

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