Las cuentas ahorro vivienda

Las cuentas ahorro vivienda son un producto bancario que gozó de gran aceptación desde la aparición de la desgravación fiscal por compra de vivienda, pero que ahora, a raíz de su eliminación a partir del 1 de enero de 2011, carecerán de todo sentido financiero.

El funcionamiento es muy sencillo. Se abre una cuenta bancaria, denominada cuenta ahorro vivienda, y todas las aportaciones que se realicen a esa cuenta recibirán la misma desgravación fiscal que si fueran realizadas para el pago de una hipoteca, lo cuál supone un beneficio fiscal muy importante.

La única limitación que marcaba es que la compra de la vivienda se tiene que realizar en un plazo máximo de cuatro años desde la formalización de la cuenta ahorro vivienda, lo cuál era perfectamente asumible por los ciudadanos en los tiempos de normalidad inmobiliaria.

Sin embargo, y a pesar de su validez como producto bancario, las cuentas ahorro vivienda se encuentran ahora en el centro de la polémica, ya que todos aquellos que las tienen contratadas y que superan los 24.000 euros de renta, umbral para seguir beneficiándose de la desgravación, o no, se quedan ahora en una situación de inseguridad jurídica.

Estos ciudadanos contrataron sus cuentas ahorro vivienda para comprar un piso en un horizonte temporal de cuatro años, y durante ese tiempo beneficiarse de la desgravación fiscal. Ahora se encuentran con que tienen la obligación de comprar su vivienda antes del 31 de diciembre, si no quieren perder toda la desgravación futura y tener que devolver la desgravación pasada.

Muchos de los afectados han presentado denuncias sobre este hecho y es probable que ganen sus demandas y no tengan que devolver la desgravación fiscal de la que ya se han beneficiado, porque ellos tomaron una decisión económica en función de unas reglas de juego que, posteriormente, fueron modificadas por el Gobierno.

Es probable que las cuentas ahorro vivienda sigan existiendo a partir de 2011, pero ya sólo tendrán sentido para aquellos ciudadanos que ni superen, ni tengan pensado superar, el umbral de 24.000 euros de ingresos en la unidad familiar, lo cuál reducirá, en gran medida, su aceptación generalizada en la sociedad.