Ventajas y riesgos de la gestión pasiva I

Los mercados de valores a nivel global se encuentran periódicamente con situaciones técnicas de alta volatilidad, imprevistas correcciones de precios o fuertes incertidumbres financieras derivadas de los diferentes conflictos políticos, económicos o bélicos, que acontecen a diario en el panorama mundial.

Ante este tipo de incidencias bursátiles muy comunes en las bolsas tan globalizadas como las actuales será muy acertado que de manera preventiva, ante subidas claras de la volatilidad, los inversores más inteligentes precisen de realizar la gestión lo más ágil posible de su capital modificando y adaptando su particular cartera de inversión.

La búsqueda de una mayor rentabilidad que la ofrecida estos últimos años por la renta fija “nos obliga” a destinar parte de nuestro capital hacia productos financieros compuestos por activos con diferentes porcentajes de renta variable (según cada perfil inversor). La gestión pasiva nos ayudará a realizar inversiones de largo plazo sin tener que realizar grandes operaciones y para poder valorarla convenientemente en su utilidad financiera será necesario conocer en qué consiste.

  • GESTIÓN PASIVA: De manera básica diremos que se trata de un modelo de gestión que suele replicar los índices de referencia principales en los mercados de valores. En este caso, la cartera de inversión deberá contener los suficientes activos para que de manera pasiva se realice una gestión indexada. La idea principal no es superar los resultados o rentabilidades del índice elegido, sino adaptarla para que sus resultados financieros sean lo más parecidos posibles.

PRODUCTOS Y ACTIVOS PARA UNA BUENA GESTIÓN PASIVA

A continuación puedes ver algunos de los activos más comunes para que puedas realizar una gestión pasiva de tus inversiones destinadas a la renta variable.

  1. Invertir en fondos de inversión: Es una buena opción inversora para aquellos pequeños y medianos inversores noveles, que deseen participar con su dinero asumiendo un riesgo controlado, de manera pasiva y con la confianza de una gestión financiera profesional cualificada.
  2. La inversión en ETFs: Este tipo de producto financiero consiste en una cesta de activos que cotiza diariamente en los mercados (en tiempo real), y suele replicar las subidas o bajadas en valoraciones de índices, divisas, materias primas…etc. Se puede decir que los ETFs aglutinan lo mejor de los fondos de inversión en cuanto a diversificación de activos, con la flexibilidad de gestión de las acciones cotizadas en Bolsa debido a su rápida operativa. Los ETFs utilizados más comunes suelen ser los ETFs directos que replican los índices de referencia, los ETFs apalancados que pueden hasta triplicar nuestra exposición y riesgo inversor a cambio de mayores rentabilidades (no aconsejable para inversores noveles) y los ETFs inversos que replican al contrario la evolución de un índice para así aprovechar las posibles caídas de precios en mercados con clara tendencia bajista.
  3. Futuros y derivados financieros: Son instrumentos bastante más complejos de manejar y sus operativa será la réplica de índices (o cualquier subyacente utilizado). Lo futuros más utilizados en los mercados son sobre acciones, divisas, materias primas, índices…etc. Aunque su gestión pueda ser pasiva será muy aconsejable tener una adecuada formación técnica inversora previa, para poder realizar una correcta utilización con posibilidades de éxito en estos productos de alto riesgo inversor.

COMENTARIOS Y CONSEJOS DE BOLSA

La gestión pasiva como todos los productos financieros dedicados a invertir en mercados de renta variable tiene sus propias ventajas e inconvenientes. Como principales ventajas debemos destacar la diversificación de activos a través de la réplica de índices, que a su vez están compuestos por diferentes tipos de empresas de sectores distintos y con sus acciones cotizadas en Bolsa.

En la gestión pasiva los costes operativos son inferiores para los inversores, dado que su gestión no requerirá de la constante compra-venta de activos en su cartera. No precisará de grandes equipos de profesionales para definir sus estrategias y esto se suele traducir en que sus comisiones son la mitad que en la gestión activa.

Mientras continuas con tu buena formación inversora, deberás releer, aprovechar y utilizar adecuadamente tu tiempo de aprendizaje, con el próximo artículo complementario a éste que titularemos: “Ventajas y riesgos de la gestión pasiva II”.

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La frase elegida para este artículo dice así:

Gastar dinero en libros es una inversión que rinde buen interés.

Benjamin Franklin

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