Souvenirs baratos

Estamos ya de lleno en el mes de agosto, el mes de vacaciones por excelencia. Muchos ya las están disfrutando, pero otros las tomarán más adelante, algunos incluso durante el mes de septiembre.

Viajar es siempre una gran experiencia. Nos permite visitar culturas y lugares nuevos, conocer nuevas gentes y expandir nuestra visión del mundo. Muchos de nosotros, cuando empleamos nuestro tiempo y nuestro dinero viajando a algún destino especial, queremos llevarnos recuerdos.

Hay toda una industria basada en ese deseo, y las tiendas de souvenirs son solo la punta del iceberg. España es una de las principales potencias turísticas mundiales, reconocida por su comida, su calzado, sus vinos, etc. Muchos de nuestros visitantes aprovechan su estancia para comprar no solo camisetas con el toro de Osborne impreso, sino muchos otros productos por los que el país es conocido. Como es natural, cuando los españoles vamos de vacaciones, hacemos exactamente lo mismo.

El problema es que todas estas compras cuestan dinero, en ocasiones mucho. En las zonas más turísticas, los precios están puestos para beneficiarse del ánimo relajado de los viajeros. En estas circunstancias, ¿qué puede hacer un turista que desee traerse recuerdos pero mantener sus gastos al mínimo?

Aquí hay algunas ideas simples y baratas para capturar algo de la magia de nuestra experiencia viajera:

Fotografías: La mayoría de la gente tiene cámaras de fotos a día de hoy, aunque solo sea la del móvil. Si vas a hacer un viaje exótico, tal vez debas considerar invertir en una cámara de buena calidad. Las fotografías duran toda la vida, y con la tecnología digital actual podemos hacer todas las fotos que queramos sin que suponga un mayor coste que la inversión inicial en la propia cámara. Lo que es mejor, regresarás con recuerdos personalizados y no con una camiseta o con una postal típica hecha para turistas. Este mismo principio podemos aplicarlo a las cámaras de vídeo, que están también al alcance de la mayoría de los bolsillos.

Álbumes de recuerdos: Muchos objetos cotidianos que caen en nuestras manos mientras viajamos son muy interesantes para hacernos un álbum de recuerdos. Como las fotos, pueden constituir tu guía de viaje personalizada, porque muestran dónde has estado y lo que has hecho, y además no tienen por qué ser muy elaborados. Podemos recolectar marcadores, menús, tickets de todo tipo, etc.

Diarios de viajes: Escribir tus experiencias mientras viajas puede ser de gran interés, y como recordatorio de un viaje no hay nada mejor. No solo podrás disfrutar leyéndolos tú, sino tus hijos o nietos. A mí, personalmente, me hubiera encantado poder leer algo así escrito por mis abuelos o bisabuelos. Es como inmortalizar el viaje para la posteridad, y en esta época de la historia es más fácil que nunca. Hace solo 50 o 100 años, el concepto del viaje de placer solo estaba al alcance de unos pocos privilegiados, mientras que el resto de la gente viajaba por pura necesidad. En la actualidad, cualquier familia de clase media puede permitirse por lo menos unos días en cualquier punto del planeta. Además, tenemos toda la tecnología a nuestra disposición para añadir fotos, subir nuestro diario a un blog para que el mundo entero pueda verlo, etc. Eso por no mencionar que, gracias a la educación pública, todos podemos escribir. Lo tenemos tan fácil que no le damos ningún valor, cuando deberíamos verlo desde una óptica completamente excitante.

Aparte de estas ideas prácticamente gratuitas, es normal que deseemos hacer algunas compras mientras viajamos. Para ello, lo mejor es que evitemos comprar en las principales áreas turísticas, ya que suelen ser más caras. Si es seguro hacerlo, es recomendable que nos salgamos del camino marcado y busquemos por nosotros mismos. Esto será mucho más sencillo si hablamos la lengua local o contamos con amigos en la zona, ya que nos permitirá encontrar auténticas gangas y evitar las trampas para turistas con mucha más facilidad.

Debemos tener en mente que en muchas partes del mundo, el regateo no es la excepción, sino la regla. El precio marcado en estos casos probablemente sea mayor del que deberías pagar. No tengas miedo de negociar el precio. Las guías de viaje o las personas que conozcan el área te podrán decir si el regateo es típico en la región que estás visitando, y cómo debes enfocarlo.

Escoge tus souvenirs cuidadosamente. Pregúntate si es algo que quieres tener en tu casa una vez que regreses. Una caja artesanal no es más que un trasto si está cogiendo polvo en algún armario. Compra solo cosas que valores de verdad y vayas a usar, exactamente igual que harías en tu ciudad. Así, el viaje puede convertirse en una gran oportunidad para comprar artículos que deseas o te hacen falta a precios más baratos y/o de mejor calidad, aunque siendo siempre ésta última nuestro punto de referencia. Es preferible volver con unos pocos productos de alta calidad que con una maleta llena de cacharrería inútil. Dejemos que el mercado trabaje a nuestro favor y aprovechemos la oportunidad de comprar productos por los que el país sea famoso y, si además son más baratos, miel sobre hojuelas.

Y en cuanto a los regalos para nuestros seres queridos, ¿por qué no aplicar el mismo principio? No hay ninguna ley que nos obligue a regresar cargados como si fuésemos los reyes magos. Podemos optar por elegir algo no muy caro, pero que pueda ser apreciado y usado por la otra persona.

En todo caso, recuerda: Menos es más. Es bastante difícil que cuando llegues a casa eches de menos haber comprado más preciosas pulseritas de conchas. Cuanto menos te gastes en souvenirs de este tipo, más dinero tendrás para algo realmente importante: tu siguiente viaje.

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