Págate primero a ti mismo

Era una de las frases que solía decir mi padre y a las que, cuando era joven, no prestaba atención. A veces pienso que me gustaría no haber sido tan cabezota. Me llevó años entender qué significaba esa frase en realidad, y para entonces ya estaba metida en problemas financieros. Si hubiera aprendido a «pagarme a mí primero» cuando tenía 21 años, probablemente no me habría visto endeudada después.

Pagarte a ti mismo primero significa simplemente que, antes que pagar las facturas, hacer la compra, antes de hacer ninguna otra cosa, debes apartar una cantidad de tus ingresos para el ahorro. La primera factura que pagues en el mes debe ser a ti mismo. Este hábito, desarrollado en edades tempranas, puede ayudar mucho a una persona a construir riqueza. Ojalá lo hubiera entendido cuando me gradúe.

¿Por qué pagarte a ti primero?

Cuando eres joven puede parecer imposible. Tienes que pagar una renta (o una hipoteca), pagar el coche, comprar comida y otro montón de facturas. Es evidente que te gustaría ahorrar, pero lo que ocurre es que no te queda nada de dinero a final de mes. Y ese es el problema: la mayoría de la gente ahorra lo que le sobra –quiero decir, lo que le sobra tras pagar facturas y los gastos que decida tener.

Pero si no desarrollas ese hábito ahora, siempre habrá algún motivo para retrasarlo: necesitas ir al dentista, no ganas lo suficiente para pagar siquiera las facturas, te quieres ir de vacaciones con tus amigos o con tu pareja… Aquí tienes tres razones para que empieces a ahorrar ahora, y no el año que viene (o el siguiente):

Cuando te pagas a ti mismo primero, mentalmente estableces que el ahorro es una prioridad. Te dices a ti mismo que tú eres más importante que la compañía eléctrica o el banco. Ahorrar motiva mucho –y te hace sentir capaz.

Pagarte a ti mismo primero potencia buenos hábitos financieros. La mayoría de la gente gasta su dinero en el siguiente orden: facturas, diversión, y ahorro. No es muy sorprendente que un mes sí y otro también les quede poco dinero para ahorrar. Colocar el ahorro delante -ahorro, facturas, y diversión- te permite apartar ese dinero antes de que racionalices alguna buena excusa para gastarlo.

Pagándote a ti mismo primero estás construyendo una defensa económica con aplicaciones en el mundo real. Hacer aportes regulares al ahorro es una excelente forma de conseguir un buen colchón financiero. Luego podrás usar ese dinero para hacer frente a emergencias, o para comprar una casa, o para contratar un plan de pensiones. Pagarte a ti mismo primero da libertad -te abre un mundo de oportunidades.

Una vez que desarrollé este hábito, no pude evitar el deseo de haberlo hecho mucho antes. El deseo de haber escuchado a mi padre. Si lo hubiera hecho, mis gastos no hubieran terminado fuera de control.

Cómo pagarte a ti mismo primero

La mejor forma de desarrollar el hábito del ahorro es hacer el proceso lo menos doloroso posible. Hazlo automáticamente. Haz que sea invisible. Organízalo para que esa cantidad de dinero sea sustraída de tu nómina nada más llegar. Si no ves el dinero no lo vas a echar de menos. Esta factura debe ser la más importante para ti cada mes.

Como ya he dicho, puedes ahorrar en un plan de pensiones, pero también para lograr metas más inmediatas, como comprar una casa, pagar la luna de miel, o comprar un coche nuevo. La auténtica barrera es desarrollar el hábito de conseguir dinero para ahorrar. Mucha gente piensa que es imposible. Algunos argumentarán que ahorrar tan poca cantidad no tiene sentido. Pero si un escéptico tratase de ahorrar solamente un 1% de sus ingresos, por lo general descubrirá que el proceso no es doloroso. Tal vez para la próxima intentará ahorrar el 3%. O el 5%. Su colchón financiero crecerá a medida que lo haga su porcentaje de ahorro. Tal vez para entonces no sea tan escéptico, ¿no?

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