Imaginación para seguir siendo rico

Queridos inversores, cuando la economía, en general, atraviesa periodos de inestabilidad y los mercados de valores entran en fases de alta volatilidad, la pérdida de confianza se adueña de muchos de los participantes en la renta variable.

Es en momentos de recesión, crisis financiera y negatividad globalizada, cuando se agudiza el ingenio de la mayoría de los ciudadanos como método para salvaguardar su patrimonio deteriorado por las circunstancias de los mercados, motivos de recortes de ingresos o subida de impuestos. Por todo ello, hoy para nuestros “pequeños y medianos inversores”, vamos a conocer una situación real o de ficción, que llamaremos: “Imaginación para seguir siendo rico”.

La historia apareció publicada hace unos años en un blog de finanzas americano y sobre todo sirve para destacar la capacidad casi inagotable de utilización de nuestro cerebro para solventar, atenuar o simplemente salvar las dificultades de todo tipo, desde las vitales hasta las puramente lúdicas, pasando por las económicas o financieras a la cual se refiere este relato:

Un millonario, llamémosle Antón, entra a un conocido banco en el centro de Nueva York y pide hablar con el gestor de préstamos de la entidad. Por supuesto, no le indica que tiene una gran fortuna, él simplemente dice que va de viaje de negocios durante unas semanas, a otro país, y tiene que pedir prestada una pequeña suma de dinero –5.000$. Como es lógico el banco inmediatamente le preguntó por la seguridad y garantía de devolución del futuro préstamo, después de todo, “no vamos a dejar libremente que cualquiera se lleve un buen fajo de dinero en efectivo”.

Ante la pregunta del banco, Antón señala hacia una ventana de la entidad donde a través de la misma se observa estacionado frente al inmueble un nuevo y brillante Ferrari. Él les presenta las llaves y toda la documentación acreditativa de su propiedad sobre el vehículo, la cual es verificada y comprobada, por lo que el banco obviamente: ¿Cómo va a rechazar un cuarto de millón de dólares en garantía para un miserable préstamo de 5.000$?

Antón salió de la entidad con sus 5.000$ y un empleado cogió las llaves y condujo el flamante Ferrari al garaje subterráneo del banco donde se le había asegurado a su propietario que: “El vehículo estaría guardado de la forma más segura posible”. Antón abandonó la zona se desplazó al aeropuerto y tomó su vuelo hacia tierras lejanas, creo que fue a China.

Pasadas dos semanas, un lunes por la mañana al poco de abrir el banco, se presenta Antón y devuelve en el mismo mostrador los 5.000$ que le habían sido prestados, más los intereses, que ascendían a unos 15$. El encargado de los créditos ordenó inmediatamente que el coche se sacara del estacionamiento y se aparcara frente al local y luego le preguntó a Antón: “Nuestro banco se enorgullece de una excelente información y servicio al cliente”, y después dijo: “En su ausencia se hizo una revisión de antecedentes, es de rutina, y descubrimos que en realidad es usted uno de los hombres más ricos de América. ¿Porqué necesita pedir prestado 5.000$, simplemente no tiene sentido”.

Antón sonrió, recogió las llaves en el mostrador y dijo: “¿Me puede decir de que otra manera podría haber aparcado mi nuevo Ferrari en el centro de Nueva York durante dos semanas, por solo 15$, y todavía esperar que a mi vuelta esté en perfectas condiciones?”.Dicho eso, Antón salió por la puerta del banco y al encargado de créditos la apareció una sonrisa todavía más grande.

COMENTARIOS Y CONSEJOS

La historia real o inventada –para el caso es lo mismo- ocurrió supuestamente en Estados Unidos donde, en materia de dólares, casi todo lo imaginable es posible, pero no nos debemos quedar con la simplista idea de que la acción la realiza un “tacaño rico”, que quiso ahorrarse un ínfimo dinero en comparación con su fortuna.

Más bien, la idea que trasmite el relato es la de una persona que tiene como forma de actuar y vivir a nivel económico o monetario, de manera, que utiliza su capacidad intelectual o habilidad natural, para conseguir sus objetivos utilizando los “recursos más baratos del mercado” para así acumular un beneficio permanente que la ha llevado a ese nivel de riqueza.

La moraleja de esta historia nos indica que como ciudadanos, consumidores e inversores, antes de realizar un gasto monetario –pequeño, mediano o grande- deberíamos habitualmente realizar las comparaciones oportunas entre los diversos productos, empresas o gestores para conseguir dos objetivos principales, por un lado un mayor ahorro de costes y por último, el aumento de competencia de precios entre empresas… que al final es…¡¡¡beneficio para nosotros!!!

(Ver artículosA la caza del consumidor eInvertir en negocios a la vista).

La frase elegida para este artículo dice así: “El tiempo es el único capital de las personas que no tienen más que su inteligencia por fortuna”, Honoré de Balzac.
Nosotros en Consejos de Bolsa, seguiremos comentando y aconsejando sobre economía y finanzas para lectores como usted. Esto será otro día.

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