Dinero: una cuestión más psicológica que matemática

dinero_psicologiaTodos conocemos historias (o las hemos protagonizado) en las que se hacen cosas absurdas con el dinero. Ese tipo de decisiones suelen responder sobre todo a impulsos psicológicos o emocionales. Es decir, no estamos actuando racionalmente. La mayoría de nosotros somos los suficientemente inteligentes como para entender la mala matemática que hay detrás de esas decisiones, pero aún así, las tomamos. ¿Por qué?

Porque una buena administración de nuestro dinero tiene más que ver con la psicología que con las matemáticas.

La psicología del dinero

Durante años, los “expertos” en asesoría económica han asumido que actuamos como máquinas, que tomamos la decisión matemáticamente óptima. He leído muchos textos sobre finanzas personales que proporcionan consejos matemáticamente correctos, pero que olvidan el papel que nuestras mentes juegan a la hora de hacer la decisión final.

Un ejemplo perfecto de cómo nuestra psicología personal influye en nuestra habilidad matemática es la técnica “bola de nieve” para liquidar deudas.

Lo críticos de este método lo acusan de no tener sentido matemáticamente. Si hacemos números, es mejor pagar primero la deuda que tiene un mayor tipo de interés. Los críticos tienen razón, por supuesto, pero no entienden lo fundamental. La mayoría de las veces la deuda no es un problema matemático, sino psicológico. Por eso, el método bola de nieve – pagar primero las deudas de menor cuantía – tiene sentido. Permite conseguir pequeñas victorias rápidamente, las cuales constituyen un refuerzo positivo que proporciona la motivación necesaria para continuar.

He aquí algunos ejemplos de cómo nuestra mentalidad juega un papel significativo en la administración del dinero:

Cada vez que prestamos dinero a un familiar o amigo, las emociones están involucradas. ¿Y qué decir de las herencias? En los últimos dos años, tres personas me han comentado historias para no dormir sobre familias que se han desintegrado luchando por una herencia. Estas batallas son psicológicas y emocionales, más que matemáticas.

El marketing (la publicidad en general) es la ciencia de la persuasión. Su propósito es influenciar nuestros hábitos de consumo y de gasto – incluso aunque creamos que no es así. Cuando reducimos nuestra exposición a la publicidad, gastar menos se vuelve mucho más sencillo.

No puedo dejar de sorprenderme de la cantidad de dinero que los padres se gastan en sus hijos. Quieren lo mejor para ellos y están dispuestos a pagar el precio. Pero desde luego no es racional comprarles ropa de marca carísima.

Buena parte de la planificación financiera consiste en enseñarle al cliente a mantener sus emociones lo más alejadas que sea posible de sus inversiones. Hay demasiada gente que invierte basándose en sus reacciones psicológicas ante la economía y la bolsa. Son esas reacciones emocionales las que causan que la gente compre caro y venda barato.

Cada meta financiera que nos marcamos está basada en nuestra psicología personal o en nuestras emociones.

Pon en marcha tu cerebro racional

Nunca podremos eliminar  los aspectos emocionales y psicológicos de la forma en que administramos el dinero. Tampoco debemos pensar que haya que hacerlo. Somos humanos, no robots. Pero creo que es importante reducir al máximo las decisiones financieras emocionales negativas que tomamos. Aquí expongo algunas de las mejores formas de hacerlo que he conseguido aprender:

  • Reduce tu exposición a la publicidad. Mucha gente cree que no se ve afectada por la publicidad. Y están equivocados. Evita la publicidad todo lo que puedas. Ve menos televisión (o vela cortando los anuncios). No te fijes en la publicidad que aparece en las revistas. Usa un programa que bloquee la publicidad mientras navegas. Cuanta menos publicidad veas, menos probable es que acabes siendo persuadido para comprar cosas que no necesitas.
  • Evita la tentación. Cuando estaba pagando mis deudas y reduciendo mis gastos, me forcé a mantenerme alejada de las librerías y las tiendas de cómics, porque sabía que no tenía la disciplina necesaria para no caer en la tentación de comprar algo. Cada cual debe evitar sus propias tentaciones. Si tu problema está en los centros comerciales, evítalos.
  • Automatización. Uno de los mejores trucos para engañar a tu mente es eliminar el problema de la ecuación. Si te resulta difícil tomar buenas decisiones financieras, elimina la posibilidad de elección. Puedes establecer, por ejemplo, un traspaso automático de cierta cantidad mensual a tu cuenta de ahorro. Cuando las cosas funcionan automáticamente, no puedes sabotearlas a causa de tus emociones o tu psicología.
  • Presta atención. Cuando te sientas tentado a comprar algo, párate y piensa. Pregúntate si realmente necesitas lo que vas a comprar. Si es una compra importante, date treinta días para reflexionar sobre ella. Síguele la pista a cada céntimo que gastes para tomar consciencia de tus debilidades.
  • Lee. Una mejor educación me ha ayudado a luchar contra mis propias debilidades mentales. Cuando más leas sobre economía y finanzas mejores elecciones podrás hacer al respecto.

Si te ha gustado este artículo y hablas inglés, podrás encontrar más en getrichslowly.com.

One Response to “Dinero: una cuestión más psicológica que matemática”

  1. Federico

    Muy buen artículo,, fácil de leer y buena información.
    Gracias.

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