Precio y rentabilidad de tu activo financiero

En los mercados financieros globalizados entre los miles de expertos del sector, a la hora de fijar precios suelen aparecer diariamente claras diferencias, cálculos o discusiones, más o menos extremas, entre aquellos que definen y marcan un precio determinado de referencia para cualquier activo financiero y los que por el contrario determinarán un precio distinto para el mismo activo e incluso siendo éste totalmente alejado del primero.

Ante este tipo de recomendaciones u opiniones diferentes, la pregunta que se suele hacer el potencial futuro inversor puede ser la siguiente: ¿A qué pronóstico de precio debe hacer caso antes de comprar el activo? No es tan fácil responder esta cuestión, dado que para saber calcular el llamado precio objetivo de un activo financiero deberás conocer distintos valores, términos, factores internos y externos, que le influirán a lo largo del periodo temporal más o menos extenso que pueda durar tu apuesta inversora.

Veamos a continuación a título formativo y en nuestro habitual lenguaje coloquial, en qué cosas básicas te debes fijar para poder aproximarte a un valor razonable del activo financiero que te interese, antes de proceder a su compra y posterior operativa de especulación.

  • El precio anteriormente pagado durante semanas o meses por el mismo activo.
  • El precio de mercado o cotización (valoración de consenso más generalizado).
  • Precios de las últimas transacciones por activos o productos financieros análogos.
  • El posible aumento o disminución del riesgo dinerario asociado para el inversor (ajustarse al perfil personal).
  • Su nivel de volatilidad o fuertes oscilaciones de precios pasados.
  • Capacidad del activo para generar mayores rentabilidades futuras.
  • Castigo imprevisto, puntual y “excesivo” del mercado (no evidente, ni justificado) sobre dicho activo financiero.
  • Conocer su valor intrínseco para poder comprar por debajo del mismo.
  • La alta probabilidad de que el precio del activo permanezca muy bajo durante demasiado tiempo.
  • Calcular el periodo de inversión necesario para poder alcanzar las rentabilidades deseadas por el inversor.
  • Conocer el potencial de crecimiento de negocio de la empresa en su sector.
  • Estudiar la tasa de rendimiento sobre el capital que la empresa puede alcanzar en un año.
  • Verificar los márgenes de negocio así como su capacidad de generación de caja.
  • Comprobar sus niveles de endeudamiento, apalancamiento financiero o las posibles futuras necesidades de capital.

COMENTARIOS Y CONSEJOS DE BOLSA

El mercado de valores suele ser soberano a la hora de marcar el precio de la acción de una empresa determinada y no siempre este último precio de cotización estará técnicamente calculado y ajustado a sus cuentas financieras o se corresponderá con la actual marcha de su actividad financiera o industrial.

Este habitual comportamiento en el lógico funcionamiento de la Bolsa es debido esencialmente a que en los mercados de renta variable lo que cotizan son las expectativas de crecimiento y especialmente la futura generación de mayores beneficios para sus accionistas.

Recuerda antes de invertir que sin descartar los cálculos complejos entre rentabilidades, valores intrínsecos, PER, múltiplos y otros análisis técnicos aplicados al valor, el precio objetivo de una acción es un conjunto de matemáticas y finanzas, pero con un fuerte componente psicológico de expectativa, euforia o miedo en la masa inversora que tú nunca podrás controlar.

Mientras alcanzas poco a poco una adecuada formación inversora que te ayude a descifrar con anterioridad algunos de los muchos movimientos especulativos de los mercados, nunca estará de más que hoy aprendas y asimiles este artículo didáctico que hemos titulado: “Precio y rentabilidad de tu activo financiero”.

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La frase elegida para este artículo dice así:

El precio es lo que se paga. El valor es lo que se obtiene.

Warren Buffett

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