Matando a las vacas sagradas

vacaComo en todo, en el tema de las finanzas personales y de la economía existen las «vacas sagradas», mitos que la mayoría de la gente da por ciertos. Vamos a darles un pequeño repaso.

Mito 1: El pastel es finito.

Muy a menudo, la gente está convencida de que las cosas buenas de la vida son limitadas. Solo hay una cierta cantidad de dinero, éxito y oportunidades ahí fuera, dicen, y sienten celos de las personas que tienen cosas que ellos no poseen. En realidad, hay mucha riqueza y oportunidades en el mundo, y el éxito de los demás casi nunca interfiere con el nuestro. En lugar de preocuparnos y estresarnos pensando en lo que tienen otros, centrémonos en mejorar y conseguir nuestras propias oportunidades.

Mito 2: Es todo cuestión de números.

Bien, en realidad no todo. La psicología tiene un papel más destacado. ¿Tienes la fuerza de voluntad necesaria para resistir la tentación, trabajar duro y ahorrar? ¿O tienes una mayor tendencia a sucumbir a la inflación del estilo de vida y a caer en la tentación? No importa lo bueno que seas invirtiendo si constantemente estás viviendo por encima de tus posibilidades y endeudándote.

Mito 3: Seguridad financiera.

La seguridad financiera solía significar un trabajo fijo y una pensión, pero el mundo ya no funciona así. En lugar de eso, la auténtica seguridad nos la procuramos nosotros mismos, con nuestras habilidades, nuestra experiencia y nuestras conexiones. Si puedes proporcionarles un valor real a los demás, siempre encontrarás trabajo. Si no puedes, te será muy difícil

Mito 4: Dinero y poder.

El dinero no equivale a poder. El dinero es solo una expresión del valor creado por la gente para la gente. Las personas que crean más valor tienden a acumular más dinero. No tienes por qué tener dinero para hacer dinero – solo necesitas ser capaz de producir valor usan tus propias habilidades, conexiones, experiencia, creatividad y, por supuesto, trabajo duro.

Mito 5: Riesgo alto = Beneficios altos.

Hay una cierta tendencia a confundir volatilidad con riesgo. La volatilidad significa que durante un cierto periodo de tiempo, el mercado va a subir y bajar rápidamente. La bolsa es volátil y ya sabes que lo va a ser. El riesgo se centra en lo que va a ocurrir en el futuro que todavía no sabemos. Tomas riesgo cuando pronosticas lo que va a pasar. Un inversor con bien informado busca reducir el riesgo (porque al aumentar tu conocimiento del mercado, hay menos interrogantes para ti), pero no puede cambiar la volatilidad (el mercado seguirá siendo volátil de vez en cuanto, por mucho que sepas acerca de él). Si asumes mucho riesgo, significa que estás invirtiendo en algo de lo que no tienes un gran conocimiento – es algo muy parecido a apostar.

Mito 6 – Seguros.

Los seguros están ahí para minimizar los riesgos que tenemos en nuestras vidas, ni más, ni menos. Cuantos menos seguros tengas, más expuesto estás al riesgo. Creo que la decisión en este caso tiene que basarse en la situación personal de cada uno – si no tienes muchas cosas valiosas o recursos que proteger, no hay demasiada necesidad de tener seguro. Si estás conduciendo un coche que ya está muy viejo, no tiene sentido adquirir un seguro a todo riesgo. Basta con lo básico.

Mito 7: Un euro ahorrado es un euro ganado.

El precio es mucho menos importante que el valor a la hora de hacer una compra. ¿Ese artículo te da un gran valor personal? Si la respuesta es sí, no debemos tener miedo a invertir algo de dinero en él. El resto está en conocernos a nosotros mismos lo suficiente como para diferenciar con claridad las cosas que nos aportan valor y las que no.

Mito 8: Evitar la deuda a toda costa.

Hay dos tipos de deuda, la mala, que tiene un alto interés y se usa para comprar cosas que no te van a generar ingresos adicionales; y la buena, que se usa para conseguir un beneficio posterior. Por ejemplo, un préstamos para mejorar tu negocio estaría dentro de la categoría de “deuda buena”, mientras que la generada por las tarjetas de crédito casi siempre es “deuda mala”. El problema con esta dicotomía es que, muchas veces, la línea que separa a ambas es difusa – hay un montón de espacio gris entre ellas. ¿Qué podemos decir que un préstamo para un coche? En algunos casos puede ser «deuda buena», cuando lo usas para comprar un coche que te lleve y te traiga del trabajo, pero uno para comprarte un deportivo como segundo coche puede ser “mala deuda. Así que, ¿dónde está la línea?

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