Hipotecas por encima del valor de la vivienda

Es curioso como en apenas un par de años la frase «hipotecas por encima del valor de la vivienda» ha cambiado de sentido de manera tan drástica. Si entonces venía a explicar las hipotecas que se concedían por encima del 100% del valor de tasación de la vivienda, un gran número a juzgar por los datos que vamos conociendo, hoy en día tiene un significado totalmente contrario.

Porque el hecho de que hablemos de hipotecas por encima del valor de la vivienda se debe al gran número de hipotecas que están constituidas por un valor que ahora mismo supera ampliamente el valor de la vivienda, con lo que cualquier problema de pago y el subsiguiente embargo hipotecario generaría un colapso para esas familias titulares de dichas hipotecas.

En concreto, se calcula de que en nuestro país hay en la actualidad un total de 320.000 hipotecas cuya deuda actual está por encima del valor real de mercado del inmueble sobre el que están constituidas, lo cuál es un problema importante para todas estas familias.

Y es que si pensamos que la tasa de morosidad en nuestro país ronda ya el 3%, cerca de 10.000 familias están en grave riesgo de colapsar financieramente, ya que si por cualquier motivo no pudieran hacer frente a sus pagos, y el banco ejecutara la garantía hipotecaria, se encontrarían sin vivienda y con una deuda considerable, la diferencia entre la deuda inicial y el precio de venta del inmueble.

En una situación en la que tenemos hipotecas por encima del valor de la vivienda, parece adecuado proponer, como se ha hecho desde diferentes foros, la generalización de la dación en pago como método de resolución de los embargos hipotecarios, al menos para las nuevas hipotecas que se constituyan, que no resuelve el problema actual, pero sí evita que se vuelva a producir en el futuro cercano.

Sin embargo, el Gobierno ha repetido por activa y por pasiva su negativa a permitir la dación en pago por ley, y aunque algunas Audiencias Provinciales están apoyando esta opción, todo apunta a que no será real y todo quedará en un debate social, sin visos de llegarse a plasmar en ley.

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