Frugalidad, culpabilidad y reformas

¿Qué hacer cuando tu vida frugal necesita ponerse al día? Durante mucho tiempo tuve unos ingresos menores que los actuales. En esa época, no compraba nada que no fuera lo esencial. Nada de vacaciones, salidas de más, ropa, etc. Muchas de las compras que hacía, salvo la comida, eran de artículos de segunda mano.

¿Con qué me encontré cuando mi situación económica mejoró? Pues con que había un montón de cosas que tenía que actualizar porque estaban muy viejas. Reparaciones en la casa, cambio de algunos muebles, de ropa, etc. Sin embargo, parte de mí tenía miedo de gastar más allá de las compras básicas y estrictamente necesarias por miedo a volver a pasar por un nuevo bache económico en el futuro y no tener suficiente dinero ahorrado.

Me encontré muchas veces dando marcha atrás a ciertas compras para reemplazar cosas que todavía funcionaban pero estaban muy viejas y estropeadas, con el argumento de que hasta que no se rompieran o no se pudieran usar, no había ningún motivo real para cambiarlas.

Hay algunos protocolos que podemos seguir para ayudarnos cuando nos encontramos en esta situación.

En primer lugar, identificar claramente las cosas que queremos reemplazar. La televisión, el sofá, la nevera, la pintura de las paredes… Por lo general, son cosas que todavía funcionan (más o menos), así que la necesidad de renovación no es inmediata. Es probable que haya muchas cosas en tu casa que entren en esta categoría.

El siguiente paso es hacer una lista priorizando cuáles son más urgentes y/o tienen mayor importancia para ti. En mi caso actual, lo más importante es arreglar el techo y el suelo de una habitación de la casa, sobre todo el techo. El tema del suelo es para matar dos pájaros de un tiro, pero si me parece que la solución que más me satisface es demasiado cara, posiblemente deje el suelo para más adelante. El falso techo sigue aguantando, pero a veces, al ver las grietas en la escayola, pienso que en cualquier momento puede dejar de hacerlo.

A continuación, si no disponemos del dinero necesario, tenemos que establecer un plan de ahorro enfocado a cubrir los gastos del elemento más prioritario de la lista que hemos confeccionado. Calcularemos por tanto cuánto podemos ahorrar para ese propósito al mes. Una vez que tengamos el dinero, podemos hacer la compra o pagar la obra sin ningún tipo de mala conciencia.

Este es el sistema que aplico para este tipo de gastos – cosas que aún funcionan pero necesitan actualizarse o reemplazarse. La última vez que lo usé fue para renovar las puertas de la casa, que tendrían una edad aproximada de 40 o 50 años, así que realmente estaban ya en bastante mal estado.

¿Qué tiene este método de psicológico? En mi caso, me ayuda saber que he puesto un dinero aparte para hacer ese gasto, me hace sentir mejor y más decidida a llevarlo a cabo. Cuando sé que puedo hacer una inversión más o menos grande sin tocar mis ahorros normales o mi fondo de emergencias, no me siento culpable en absoluto.

Si sabes inglés puedes leer más artículos como este en thesimpledollar.com.

One Response to “Frugalidad, culpabilidad y reformas”

  1. La rapidez con la que los deseos se convierten en necesidades | Comparativa Bancos

    […] Cuando empecé a buscar mi primer piso de renta, creé una lista que estaba dividida en lo que me gustaría tener y lo que necesitaba. Algunas de las necesidades eran que estuviera en un lugar bien comunicado, que la renta no fuera muy alta y que estuviera listo para entrar sin tener que acometer grandes reformas. […]

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