Enseñar a nuestros hijos sobre el dinero

Los tiempos poco a poco van cambiando a lo largo de las décadas en nuestra sociedad capitalista y del bienestar social, y esto influye en los diversos aspectos o necesidades de la vida cotidiana a la hora de plantearnos un futuro vital, de trabajo, relaciones de pareja e incluso el referido a la formación financiera inicial de nuestros hijos adaptada a sus primeros años.

Como bien destaca este dicho popular tan conocido: “Antes de correr se debe aprender a andar”, este tema aplicado a la lógica educación financiera de nuestra prole significará que tenemos la obligación de prepararles y enseñarles el mundo del dinero y su utilidad adaptando el discurso a cada edad dentro de sus propias capacidades de entendimiento infantil.

Caer en el error de pensar que los niños por ser pequeños deben estar excluidos de las enseñanzas paternas sobre el valor y la utilidad del dinero es predisponerlos a que en un futuro no muy lejano interpreten mal el sentido básico del mismo y por tanto no sean capaces de apreciar su validez o el esfuerzo que para sus progenitores supone ganarlo fuera del ámbito familiar. Veamos a continuación en esta sección de finanzas personales algunos aspectos, detalles psicológicos y recomendaciones sobre la correcta relación de los menores con el dinero.

  • Los niños suelen pensar que el dinero sale siempre de los cajeros automáticos (y a veces no les falta razón), pero lo pueden exigir para la compra impulsiva de algún capricho pensando que este no tiene fin. ¿Te suena la inocente frase: “Papa ve al cajero y saca más dinero”?
  • Los niños de la actualidad no tiene tanto contacto con las monedas como hace décadas y por ello esta virtualidad de consumo (tarjetas regalo) les limita a veces calcular el valor real de cada compra.
  • Las compras se realizan vía Internet y mediante tarjetas de crédito, lo que aleja a los menores del contacto monetario real.
  • Los niños deben recibir lecciones o explicaciones sobre el dinero adaptadas a su entendimiento y de manera sencilla. No debes olvidar que deberán ser ahorradores en un futuro todavía algo lejano, pero el hábito y la costumbre diaria les prepararán a realizar una adecuada valoración del dinero (una hucha, la paga del fin de semana, los regalos dinerarios de sus abuelos…etc.).
  • Es conveniente enseñarles que en las cuentas familiares mensuales existen los ingresos por trabajos y los gastos habituales de agua, luz, teléfono, Internet o colegios (sin necesidad de especificarlos).
  • Les debes fomentar la psicología del esfuerzo financiero periódico para poder alcanzar sus objetivos o deseos de consumo mediante el ahorro, por ejemplo ayudar para la compra futura de una bicicleta, visitar un parque temático o una nueva videoconsola.
  • Tienes que ser capaz de hacerles entender poco a poco que las cosas cuestan dinero y este tiene su fin. No es mejor padre o madre el que les da todos sus caprichos, dado que este tipo de actitudes financieras emociónales de excesiva protección tendrán difícil gestión cuando el menor entre en la siempre compleja y difícil edad de la pubertad.
  • Los debes iniciar en los principios básicos del ahorro mediante la apertura de una “cuenta joven bancaria”, para que puedan experimentar junto a ti los ingresos y posteriores reintegros de su dinero directamente en la entidad financiera elegida.

Las sociedades modernas actuales tienden en muchas ocasiones a la sobreprotección financiera de sus vástagos, desde su nacimiento, periodo infantil y juvenil, hasta que ya adultos se tienen que enfrentar por primera vez al mundo del dinero (entidades financieras, seguros o préstamos) presentándose entonces graves lagunas de formación y evidentes carencias de los conocimientos necesarios para poder realizar una óptima gestión de su capital inicial.

Las tareas formativas de los padres hacia sus hijos siempre son múltiples viviendo en una sociedad tan avanzada o sofisticada en cuestión de bienes y servicios para lograr un buen nivel de vida. Sabiendo esta lógica obligación paternal nunca deberemos menospreciar o aplazar, la vital importancia que para su futuro más próximo tendrá: “Enseñar a nuestros hijos sobre el dinero”.

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La frase elegida para este artículo dice así:

No les evitéis a vuestros hijos las dificultades de la vida, enseñadles más bien a superarlas.

Louis Pasteur

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