Nuevos tiempos para mi banco de siempre

Los tiempos financieros cambian y con ellos las relaciones profesionales hasta hace muy pocos años tan cordiales, amistosas e incluso casi familiares, ente los empleados de banca y sus clientes de los que podríamos denominar coloquialmente: “De siempre”.

La actual incómoda situación en las relaciones comerciales entre los empleados y muchos clientes de siempre se convierte en causa de problemas, quejas y requerimientos de soluciones de todo tipo que no siempre la entidad financiera está dispuesta a atender. La respuestas más habituales a la hora de solicitar un ingreso o reintegro de efectivo en la caja del banco suele ser: “Utilice los cajeros automáticos”…”Puede usted operar vía Internet”.

La utilización de la línea telefónica de atención al cliente o las consultas de relacionadas con sus cuentas son trasladadas al solicitante de servicios, para que éste mismo pueda realizar dichas operaciones sin tener que “colapsar las mesas” de los varios comerciales bancarios dedicados especialmente a promocionar y colocar los diferentes productos financieros que más les interesan a las entidades para las que trabajan.

El cliente bancario de siempre observa atónito como su conocido “Pepe el del banco”, ya no le llama por su nombre cuando le ve entrar, dado que el nuevo director de la oficina de unos treinta y cinco años de edad, licenciado en económicas y con tres masters en macroeconomía, finanzas e inglés, tras la última fusión de su empresa, no observa con buenos ojos ese tipo de familiaridades, interrupción de tareas o cierta relajación con los clientes (la eficiencia, resultados mensuales y rentabilidad ante todo).

Algún cliente de mediana edad se encuentra en su banco de siempre (antes pudo ser una Caja de Ahorros) un tanto despistado, inquieto o desesperado, ante tanto cambio de costumbres, normas u operativas y cuando además le han cobrado 30 euros de comisión trimestral, al reclamar alguien le contesta: “Mire usted caballero, el hecho de ser cliente durante 30 años de esta oficina no le exime de pagar las comisiones, al igual que por ser cliente de una gran superficie seguro que no le cobrarán menos por su compra”. Debemos reconocer que la respuesta del empleado parece certera y contundente, pero en esta sección de Finanzas personales te ayudamos a ver las cuestiones financieras con cierta perspectiva y analizando sus pros y sus contras para que puedas tener una opinión propia con mejor base de conocimientos. Veamos algunos puntos o factores importantes a tener en cuenta.

  1. Los bancos son empresas que se han creado para ganar dinero.
  2. Un cliente que tenga en su cuenta 300, 500 o 1.000 euros, resultará no rentable (sin otras vinculaciones), por lo que la entidad bancaria intentará cobrarle comisiones de mantenimiento hasta que termine por irse.
  3. Pagar recibos en una cuenta que no has domiciliado te obligará a “madrugar” e incluso a pagar un mínimo por la molestia de la gestión en ventanilla.
  4. Realizar las operaciones financieras de manera personal y en casa facilita la nueva restructuration bancaria y a su vez el despido de más empleados de este sector.
  5. Solicitar una hipoteca en el nuevo banco te llevará generalmente a asumir y contratar un pack que incluirá: domiciliación de la nómina, seguro de vida, otro seguro del hogar y diferentes tarjetas de crédito y débito.
  6. Abrir una cuenta en entidades financieras por Internet es no tener oficinas físicas para poder solicitar atención personal presencial (llamadas consultivas a teléfonos 902 de pago), y utilizar las redes comerciales o cajeros de otras entidades.
  7. Los actuales comerciales de banca están para vender prioritariamente productos financieros de la misma entidad. A la hora de contratar un fondo de inversión o directamente la compra de acciones de Bolsa puede que sus recomendaciones y consejos no recojan otros productos o activos diferentes que hayan desarrollado mayores rentabilidades pasadas.
  8. Recuerda que la actual normativa comunitaria MIFIDII obliga en las oficinas bancarias a que como cliente seas debidamente evaluado, informado, atendido y asesorado, por profesionales autorizados antes de proceder a invertir tu dinero en los mercados.

Los tiempos cambian, la globalización es un hecho, los medios electrónicos y las redes de Internet nos permiten hoy en día invertir nuestro dinero casi en cualquier lugar del planeta. La modernidad se impone y las nuevas relaciones financieras entre clientes y sus entidades bancarias también, pero quizá se deban replantear o intentar alcanzar cierto equilibrio por una banca más cívica, cercana y de confianza, que limpie el evidente desprestigio ocasionado por los múltiples escándalos financieros de estos últimos años pasados.

Una mayor cultura financiera en este país puede ser el inicio de un mayor conocimiento popular sobre el mundo del dinero y sus a veces complejos sistemas operativos. Una mayor formación profesional, mejor preparación psicológica y más empatía con el cliente, nos ayudarán a entender mejor y asimilar cordialmente los: “Nuevos tiempos para mi banco de siempre”.

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La frase elegida para este artículo dice así:

El banquero es un señor que nos presta el paraguas cuando hace sol y nos lo exige cuando empieza a llover.

Mark Twain

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