Las expectativas

Las expectativas son un concepto de vital importancia en toda teoría económica que se precie en los últimos cuarenta años ya que determinan el comportamiento del consumidor.

Dicho comportamiento viene determinado casi siempre por la confianza que tenga en la situación económica en la que se está manejando, dándose la paradoja de que estas propias expectativas son las que ocasionan el deterioro o el mejoramiento de esa propia situación.

El ejemplo más paradigmático que tenemos ahora entre manos es el del sector inmobiliario y de la construcción. Las expectativas de los ciudadanos son malas porque consideran que nos estamos moviendo en un entorno de inestabilidad.

Dicha inestabilidad viene dada por la volatilidad del empleo y por la fragilidad de los nuevos empleos que se generan. Ante ello, la expectativa es que en 25 años, período medio de duración de una hipoteca, poca gente tiene garantizado su puesto de trabajo.

Ello provoca que los ciudadanos no se atrevan a comprar una vivienda porque su expectativa es mala. Al no comprar viviendas siguiendo sus expectativas provocan que la situación del sector inmobiliario y de la construcción se deteriore aún más, y esto repercuta en unas peores expectativas para el futuro.

Es como la pescadilla que se muerde la cola. Una situación determinada por otra acaba por determinar aquella que la determinaba, lo cuál hace realmente compleja la solución a la situación de crisis actual.

Los poderes políticos, sabedores del poder de las expectativas en el juego económico, se esfuerzan en conseguir dotar de confianza a la sociedad a través de mensajes de tranquilidad y con medidas políticas que lleven a la regeneración de las expectativas.

Por tanto, las expectativas, esas grandes desconocidas, son las que acaban determinando las acciones de todos los agentes de la sociedad, tanto a nivel particular como a nivel de las administraciones públicas.

Y podemos estar todos seguros de que hasta que la confianza de los consumidores no se recupere, hasta que las expectativas sobre el futuro no sean mejores, no habrá nada que hacer más que seguir viviendo en un estado permanente de crisis financiera y de la construcción.

Deja una Respuesta