Está en nuestras manos

La cultura actual culpabiliza constantemente a los demás. ¡Es culpa de Zapatero! ¡Es culpa de la derecha! ¡Es culpa del departamento de ventas! ¡Es culpa de tu hermano!

Echar la culpa a otros no resuelve los problemas. Es simplemente el camino más fácil – cuando hay un problema complejo, es más sencillo quedarnos quietos echando la culpa a otros que trabajar duro para intentar resolver el problema o, lo que todavía resulta más doloroso, admitir que nosotros somos la causa de ese problema.

Si tomamos cada aspecto negativo de nuestra vida y lo reformulamos como una pregunta o frase en la que nosotros seamos el sujeto que ha llevado, o no, a dicha mala situación, estaremos dando un paso de gigante para identificar realmente lo que podemos hacer para mejorar las cosas. Pone el imperativo de lleva a cabo alguna acción en nosotros mismo, y eso está bien porque, en realidad, somos la única persona sobre la que tenemos control.

La imitación es el mejor maestro. Encontrar un mentor al que imitar para modelar nuestras propias acciones es una de las formas más exitosas de mejorar en el campo que hayamos escogido. Busca a una persona que te guste y que sea respetada por todos los que están a su alrededor, a alguien que haga un trabajo excelente, y esfuérzate en imitarlo. No tengas miedo de hacerle preguntas para que te de ideas o te haga sugerencias acerca del tema en el que es experto.

Deja de intentar cambiar a los demás – cámbiate a ti mismo. Intentar cambiar a los demás es muy ineficiente. Si quieres que algo cambie en tu trabajo, o en tu vida personal, tienes que dar los pasos por ti mismo. Termina con algunas relaciones, empieza otras nuevas y, en resumen, lleva la iniciativa. Eres tú el que tienes que hacer el cambio.

La gente responsable y exitosa no le echa la culpa a nadie – ni siquiera a sí mismos. Cuando algo va mal, es fácil empezar a repartir culpas. Alguien ha fallado, de acuerdo, pero la verdad es que buscar culpables suele ser una pérdida de tiempo. En lugar de eso, es mucho más fácil que resuelvas el problema de la forma que deseas contribuyendo a encontrar una solución.

Cada vez que tengas una situación difícil, hazte preguntas que empiecen con “qué” o “cómo”, no con “por qué”, “cuándo” o “quién”. Decir “por qué”, “cuándo” o “quién” solo nos lleva a atribuir culpas, no a resolver el problema. Ante una situación difícil, las preguntas que debemos responder primero empiezan siempre con “qué” o “cómo”. La respuesta a esas preguntas nos da información útil que puede llevarnos a encontrar una solución.

La pregunta debe llevar un “yo” (no un “ellos”, “nosotros” o “tú”). “¿Qué puedo hacer yo para ayudar?” es casi siempre una excelente pregunta para hacernos cuando nos encontramos con un problema. Lleva directamente a su resolución sin necesidad de culpar a la gente que está a nuestro alrededor.

Céntrate en la acción sobre todas las cosas. Culpar a otros es un comportamiento pasivo, y debemos centrarnos en actuar. ¿Qué es lo que puedes hacer para resolver el problema? Cuanto más directa sea la respuesta que consigas a esa pregunta, mejor será el resultado.

No seas una víctima. Si las cosas te van mal constantemente “por culpa de otros”, puede que necesites pararte un momento y reevaluar la situación. ¿Son los demás, o eres tú el que permite que acabes en la posición de víctima? Ponte al mando de las situaciones que ocurren en tu vida. Trabaja duro en lo que necesitas hacer y no te preocupes de lo que hagan otros. No seas una víctima – deja de gastar tu energía inútilmente.

Comunícate mejor – si no les entiendes, lo más seguro es que ellos tampoco te entiendan a ti. Si tu mensaje no llega con claridad, no pienses en que los culpables son los que no te comprenden. Siempre puedes mejorar tus habilidades de comunicación para que tus mensajes se entiendan con claridad y para asegurarte de que entiendes lo que los demás te dicen.

El árbitro no pierde ni gana el partido. Echarle la culpa a los reglas o “al árbitro” nunca mejora la situación. Tu actitud no debe consistir en hacer eso y retirarte. Por el contrario, lo que necesitas es idear una estrategia para tener éxito siguiendo las reglas y después actuar asegurándote de que la sigues.

Si sabes inglés puedes leer más artículos como este en thesimpledollar.com.

One Response to “Está en nuestras manos”

  1. ¡Es imposible encontrar trabajo! | Comparativa Bancos

    […] primer lugar, no pierdas el tiempo culpando a otros de tu situación. De acuerdo, la economía está en horas bajas. Ciertamente, según tus creencias […]

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