Bolsas de Latinoamérica: ¿Debemos invertir?

La inversión en los mercados de renta variable puede ser un componente más de la adecuada y recomendada diversificación de activos financieros, tan necesaria como prudente para todos los futuros pequeños y medianos inversores y de manera esencial, para aquellos que deseen realizar una buena planificación de sus finanzas personales con el loable fin de poder rentabilizar de forma correcta, sensata y exitosa, su dinero o capital destinado a la inversión.

Con la llegada del nuevo milenio algo fue cambiando en las inversiones al otro lado del Atlántico en los mercados de Latinoamérica y poco a poco han sido muchos los capitales extranjeros que se han desplazado, durante estos últimos 17 años, hacia las bolsas de valores de sus principales países desde el punto de vista económico-financiero como puedan ser los mercados emergentes de México, Argentina, Brasil o Chile. Antes del año 2000, era frecuente y lógico entender que la inversión en dichos mercados solían ser prioritariamente de entidades o particulares norteamericanos, que tenían intereses en determinados sectores de materias primas (petróleo y minerales), manufacturas (telas, ropa, automoción) o alimentación (piña, banana, otras frutas tropicales…etc.).

Recordemos como dato informativo que la primera bolsa de valores en Latinoamérica fue la de Valparaiso (Chile) creada en 1841. Es evidente que el menor potencial económico de la región y sus altos problemas de desarrollo han generado un menor poder adquisitivo en un elevado porcentaje de sus ciudadanos, a diferencia de lo que ocurre en Europa, donde cada vez son más los trabajadores asalariados, profesionales liberales y ahorradores que pueden acceder o destinar parte de su capital hacia la inversión.

DIFERENCIAS Y COMPARATIVAS ENTRE PAÍSES

Por lógica, nuestros habituales seguidores de esta sección de Consejos de Bolsa deberán entender que la inversión en productos financieros que inviertan en dichos mercados latinoamericanos, ya sea por la vía fondos de inversión o directamente en acciones… ¡No es igual para todos los países!… Antes de invertir de manera real con su dinero se deberán adoptar ciertas precauciones financieras, valorar y asumir los diversos factores particulares e importantes que puedan influir de manera positiva o negativa en el resultado final de la apuesta inversora, veamos a continuación algunos de ellos:

  1. Estabilidad política: Esencial para cualquier tipo de inversión en el extranjero y especialmente, en los países donde las instituciones públicas se rijan por constituciones democráticas, asumen, acepten y respeten la legal división de poderes.
  2. Evolución económica y financiera: Se deberá comparar el PIB, las balanzas de pagos, el nivel de Deuda o la evolución positiva de sus economías, además de los incrementos anuales en las inversiones foráneas hacia el país.
  3. Nivel de inflación y divisa: Un elevado nivel de inflación siempre perjudica los resultados empresariales alcanzados al estar referenciados en la moneda local y tener que volver a evaluar sus activos financieros. Su referencia principal de comparativa en divisas para esa zona geográfica es el dólar norteamericano –USA-
  4. Gastos y comisiones: Invertir en los mercados internacionales tiene unos gastos anexos que pueden llegar a ser superiores a otro tipo de inversión nacional, por lo que se deben conocer y aceptar a priori por el inversor.
  5. Busque y seleccione: No es cuestión de invertir en un país o sector determinado, el buen inversor deberá seleccionar las empresas que presenten mayores posibilidades de generar beneficios a través de negocios sólidos. La otra opción (preferible para pequeños inversores) será la inversión mediante la compra de participaciones en fondos de inversión especializados en Latinoamérica, donde la gestión profesional de dichos fondos potenciará la posibilidad de obtener mayores beneficios para sus partícipes.

Todos los mercados de valores a nivel global tienen sus momentos o periodos temporales de expansión, tendencias alcistas y generación de beneficios. Está en el inversor inteligente saber adecuarse al “Market Timing” (sincronización), de cada uno de ellos, para así poder tener serias posibilidades de alcanzar el éxito inversor.

En este mundo económico-financiero tan globalizado como el que vivimos en la actualidad, mediante el estudio, el análisis, los gráficos, las comparativas, las estrategias y una buena planificación financiera, quizá nuestros lectores habituales (huyendo de los estereotipos) ahora sean capaces de responder a la pregunta inicial: “Bolsas de Latinoamérica: ¿Debemos invertir?”.

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La frase elegida para este artículo dice así:

No somos elegidos por Dios, sino por el electorado, por lo tanto, buscamos el diálogo con todos aquellos que ponen esfuerzo en esta democracia.

Willy Brandt

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