El punto de partida

carreraCada uno de nosotros tiene una relación personal y única con el dinero. Algunos siempre lo han usado sabiamente, han ahorrado y han evitado endeudarse. Otros, probablemente la mayoría, se han visto obligados a luchar. Han tenido que soportar el endeudamiento durante mucho tiempo, y sólo tras años de esfuerzo se han podido sentir financieramente seguros. Lo fundamental es que todos cometemos errores, pero debemos seguir poniendo todo nuestro ímpetu para realizar nuestros sueños.

Hay personas -por pura suerte o por tomar las decisiones correctas- con carreras bien asentadas y, sobre todo, muy bien pagadas. Otros -por cosas del destino o por tomar decisiones equivocadas- soportan trabajos muy pesados por poco sueldo. La mayoría de nosotros estamos en algún lugar entre estos dos extremos.

Buscando un cambio

Todos somos diferente. Todos tenemos distintas actitudes y vínculos con el dinero. Es obvio, lo sé, pero hay que decirlo. Todos partimos de una situación financiera particular, distinta, y es por ello que no debemos juzgar a otros por su posición económica. Todos tenemos preguntas y preocupaciones específicas. Si estás tratando de mejorar, no importa las deudas que tengas, sino la voluntad que pongas en hacerlo.

Es importante que nos demos cuenta de que, pese a nuestros diferentes puntos de partida, las reglas de la economía se nos aplican a todos. Es fácil decir: «Si gano 20.000 € al mes gracias mi trabajo, tendré la vida resuelta». Pero una persona que gana esa elevada cantidad de dinero necesita tener unas habilidades financieras básicas para evitar terminar en la bancarrota. Todos hemos oído casos de ricos y famosos que han acabado en la ruina.

Del mismo modo, es fácil condenar a una persona que se pasa 5 o 10 minutos discutiendo en el supermercado por un descuento de 3 € o incluso menos. Pero para los que viven con lo mínimo, 3 € pueden ser muy importantes.

Comienza con buen pie

Aunque todos tenemos situaciones financieras distintas, hay unos cuantos principios que pueden ayudar a todo aquel decidido a cambiar:

1. Detener la sangría. Identifica los hábitos y gastos que drenan tu economía. Reduce o elimina facturas mensuales prescindibles, como la televisión de pago o la suscripción a revistas, y modifica algunos hábitos. Por ejemplo, ir andando o en bicicleta cuando te sea posible significa reducir gastos, además de suponer una costumbre saludable. Eso sí, ten siempre en cuenta que reducir gastos no es ahorrar.

2. Intenta conseguir grandes éxitos económicos. Aunque los pequeños cambios tienen un efecto real en nuestras finanzas, un gran éxito es algo que puede ser muy poderoso. ¿Puedes mudarte a una casa con una renta más barata? ¿Refinanciar tu hipoteca? ¿Vender un coche? ¿Conseguir un incremento salarial? El dinero que ahorras (o ganas) con estos grandes éxitos puede ser el necesario para conseguir un cambio total.

3. Haz inventario de tus puntos fuertes -y de tus debilidades. Porque todos somos distintos, no hay una sola forma correcta de llevar a cabo un cambio financiero. Tenemos que recurrir a nuestros puntos fuertes individuales mientras nos esforzamos por evitar nuestras debilidades. Para muchos, el mejor primer paso es adoptar una política de austeridad. Recortar gastos. Sin embargo para otros, la decisión correcta es aumentar sus ingresos buscando un segundo trabajo o empezando un negocio complementario. Personalmente yo hago un poco de las dos cosas.

4. No te compares con otros. Está bien compartir apuntes, pero no caigas en la trampa de juzgar tus progresos -o los de tus amigos- basándote en lo que hacen otros. Esto no es un concurso. Mi éxito no impide el tuyo (y a la inversa, el tuyo no evita el mío). Se trata de mejorar tu situación, de alcanzar tus objetivos. Recuerda que así como todos partimos de puntos distintos, también tenemos recursos distintos. Lo importante es a dónde quieres llegar.

5. Pide ayuda. Yo conseguí cambiar mi situación financiera con la ayuda de familiares y amigos. Busqué consejo en aquellos que habían tenido éxito. También puedes buscar el consejo de expertos financieros a través de los libros que hayan escrito sobre finanzas personales. Esto puede ayudar a que mejores tus conocimientos en la materia y darte ideas para incrementar tu riqueza. Las aptitudes necesarias para lidiar con asuntos fiscales son muy diferentes de las necesarias para vivir al día. Con algo de ayuda la transición será mucho más sencilla.

6. Define tus metas. El camino hacia la riqueza está pavimentado de objetivos. No es suficiente con decir, «estoy harto de no llegar a fin de mes -quiero ser rico». Necesitas una razón para cambiar. Cuando trabajas en un objetivo concreto -pagar todas tus deudas, ahorrar para comprar un coche- estás mucho más centrado y motivado. Una meta te indica la dirección.

7. Avanza poco a poco. Estoy convencida de que un progreso lento y mesurado es más efectivo a largo plazo que un sprint hacia la libertad financiera. Sí, algunos tienen éxito liquidando obsesivamente sus deudas. Pero pienso que para la mayoría de nosotros, lo importante es tener un progreso constante. Aprender cosas nuevas. Recobrarnos con dignidad de los errores (todos los cometemos). Persigue tus metas con pasión, pero también con paciencia.

En resumen, en lugar de compararte con los demás, evalúa tu propia situación, decide cuáles son tus metas y desarrolla un plan para conseguirlas. Concéntrate en tu propio punto de partida, y en tu plan de carrera personal. Haz aquello que funcione en tu caso. Y si buscas trucos, información o consejos sobre economía y finanzas, lee periódicamente este blog o, si dominas el inglés, getrichslowly.org.

3 Responses to “El punto de partida”

  1. Embolsados

    Lo haré, lo haré… os sigo por Twitter. ¡También tengo a GTR y vuestro blog en el google reader! Por cierto, en la entrada anterior se borró la url de mi blog del nombre, mirad a ver si lo podéis arreglar, plis.

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  2. Embolsados

    Interesante entrada, no se lee mucho de finanzas personales en español… Para empezar, yo daría tres consejos: primero, huye de la deuda. Hay quien hace dinero con ella; la mayoría sólo se arruina y esclaviza. Segundo, como ya apuntábais, sé austero. Los yanquis usan más el término «frugal», por si estáis buscando consejos prácticos por internet. Y tercero, pero no por ello menos importante: ahorra. Y ahorrar no significa meter en un calcetín lo que te sobre a fin de mes: significa que nada más llegar tu nómina, separarás un díez por ciento del neto, o lo que hayas decidido, y vivirás al noventa por ciento de tus capacidades… Nada que no haya hecho tu abuela!

    Espero que a alguien le sirvan mis consejos! Un saludo!

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    • Antonio Romero

      Nos alegra que te gusten estos artículos y tienes razón en todo lo que dices.
      Estás más que invitado a participar con nosotros cuando quieras.

      Saludos

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