Nos encontramos en España, en una época de crisis laboral, económica y financiera, donde las distintas visitas de información “tipo tournée” o giras de ida y vuelta a las entidades bancarias, por parte de los clientes, están suponiendo un quebradero de cabeza demasiado habitual para muchos de los sufridos empleados de banca y sobre todo para miles de “pequeños y medianos ahorradores o ex-inversores”.
La situación actual de relajación extrema de los tipos de interés, en los depósitos a plazo, han conseguido que algunos ahorradores se empiecen a plantear como obtener una mejor rentabilidad por su dinero después de: “haber exprimido al director de sucursal de turno… con resultado negativo”, y no haber podido conseguir sus deseados objetivos de mayores recompensas monetarias por parte de su banco de toda la vida. Porque cuando un cliente bancario se plantea la opción de una mayor rentabilidad por la vía de los mercados de valores necesitará obtener una educación financiera aceptable, donde se combine el aprendizaje de las finanzas personales con la fiscalidad, conocimientos de economía y las distintas técnicas operativas para ejecutar las órdenes de compra-venta de acciones o participaciones de fondos de inversión.
Ante el “nuevo mundo de la inversión”, el inversor novel dispondrá actualmente de una gran información económico-financiera en Internet, pero uno de sus primeros problemas será especialmente ese, la enorme información y datos que contiene la red de redes con una evidente sobrecarga de los mismos. De su comprensión, dedicación y disciplina, dependerá que el nuevo inversor sea capaz de realizar un aprendizaje correcto que le prepare para empezar a tomar decisiones con cierto grado de éxito en los mercados.
Todos los que participamos en los mercados de renta variable hemos empezado alguna vez nuestra andadura bursátil virtual con la elección de un par de empresas (preferiblemente del IBEX35) y una vez anotados los precios de cierre de las cotizaciones y simulado haber realizado una compra de títulos de ambas, realizar un seguimiento vía lápiz o bolígrafo (actualmente ordenador, tablet o Iphone) de la evolución de precios para poder determinar nuestro nivel de acierto y a la vez, sentir emocionalmente como fluctúa el capital de nuestra hipotética inversión.
CONSEJOS PARA EL NUEVO RETO INVERSOR
Tras la obligatoria experiencia temporal de aprendizaje y una vez auto-evaluado el nuevo inversor mediante las pruebas de capacidad técnica y financiera, “sin haber arriesgado un duro”, se pasará a realizar un cuestionario o decálogo personal muy realista donde se deben recoger preguntas como: ¿Para mí es una buena decisión invertir en Bolsa?… ¿Estoy preparado para asumir posible pérdidas de capital?… ¿Vale la pena arriesgar mi dinero para conseguir mayores rentabilidades? …¿Seré capaz de mantenerme firme y seguir disciplinadamente la estrategia de inversión diseñada?…etc.
En el caso de que usted no pueda, o quiera, dedicar su tiempo al seguimiento de su inversión, se podrá pasar de una gestión activa personal a la compra de participaciones de un fondo de inversión, cuyos gestores siempre profesionales, se encargarán -previas comisiones y gastos de administración- de realizar toda la actividad operativa donde el inversor novel será parte de un gran grupo de inversores anónimos con un interés común (el aumento de las cotizaciones de los activos del fondo) y que se repartirán sus beneficios por la vía del aumento de valor de dichas participaciones cada vez que el partícipe decida proceder a su venta.
El aprendizaje de la inversión en los mercados de acciones requiere de algunos años de estudio, análisis, aciertos, errores y esfuerzos, por lo que siempre es relativamente más fácil la elección de un fondo de inversión, que nos puede llevar un par de días para su comparativa y conocimiento de rentabilidades históricas…según los distintos ciclos económicos.
Sí la decisión final del futuro inversor es la de invertir sin esperar a obtener su propio conocimiento en la materia, el consejo será, que esta acción se realice debidamente asesorado por un profesional –gestor o asesor financiero- de cuya experiencia y conocimientos de los mercados se beneficiará, para iniciarse con interesantes posibilidades de éxito en lo que hoy hemos llamado: “El nuevo mundo de la inversión”.
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La frase elegida para este artículo dice así: “Si dais la impresión de necesitar cualquier cosa, no os darán nada; para hacer fortuna, es preciso aparentar ser rico”, Alejandro Dumas.