El Culto de lo Nuevo

Estamos a principios de 2010 y ya puedo afirmar que en estos pocos meses he visto un montón de libros que me gustaría leer. Por supuesto, soy una apasionada de los libros – tal vez tú prefieras los videojuegos, la música o algo completamente diferente.

Hace diez años no me lo hubiera pensado, hubiera ido corriendo a alguna librería y habría comprado los libros en su primera edición de tapa dura. Hubiera estado tan impaciente por leerlos que no me habría importado gastarme 20€ en cada ejemplar. En muchos casos, me leía el libro en cuestión en un día, lo ponía en la estantería (si había hueco para él), y lo dejaba allí para que acumulase polvo. Otros libros no tenían tanta suerte y empezaban a acumular polvo antes de que los hubiera leído.

¿Por qué lo hacía? Puede haber varios factores que lo expliquen, pero por encima de todos sobresale lo que podríamos llamas el «Culto de lo Nuevo».

Esto significa que estaba dispuesta a pagar un extra por una publicación nueva. Cuando había novedades literarias, estaba demasiado centrada en ellas porque eran nuevas. Esto mismo le ocurre una y otra vez a mucha gente.

Por ejemplo, si un nuevo restaurante abre, tenemos que ir a comer allí aunque los entendidos lo definan como mediocre.

Si aparece un nuevo libro, tenemos que leerlo de inmediato.

Si sacan un nuevo modelo de choche, no podemos evitar enterarnos de cuánto cuesta y de si lo podríamos financiar.

Es una rutina muy cara, ya que pagas un sobreprecio constantemente no por la calidad de los productos, sino por su novedad. Haciendo esto, obtienes menos por cada euro que gastas – o terminas cavándoles a tus finanzas su propia tumba.

Alguna gente encuentra la justificación de estos excesos en la necesidad de mantenerse siempre un paso por delante de su entorno social. En este caso les respondería que si los demás solo les valoran por lo que llevan puesto o por dónde cenaron la noche anterior, no se puede decir que mantengan relaciones muy profundas.

Otros notan un subidón de autoestima, se sienten “actualizados”, modernos. Esto puede ser incluso más peligros, porque están asociando su autoestima y su felicidad a cosas materias y experiencias poco duraderas. Sin un flujo constante de esas cosas, comienzan a sentirse mal. El auténtico valor personal viene del interior, no de productos externos, y la verdad es que puede llevar mucho tiempo y esfuerzo aprender esta lección, y en muchos casos lo hacemos por la vía dura.

¿Qué podemos hacer para enfrentarnos a estas tendencias?

Adoptar una regla con respecto de las novedades – No comprarlas. Exceptuando que sean regalos para otros, es mejor no adquirirlas en ningún caso (dentro, por supuesto, de lo posible). Yo no compro libros hasta que no salen en tapa blanda, incluso aunque se trata de libros que quiero releer y conservar. Si quiero leer algo novedoso intento buscarlo por otros medios, como las bibliotecas públicas.

Comparto cosas con mis amistades. Si me regalan un libro que sé que le puede gustar a un amigo, se lo presto. Y a la inversa, ellos también me prestan a mí. Nuestro propio entorno social, si hay en él gente con la que compartimos gustos y aficiones, puede ser un recurso muy valioso.

Aprender a valorar las cosas antiguas. Si encuentro un autor que me gusta, en lugar de comprar su último libro, consulto su bibliografía y leo primero sus obras anteriores. Es una buena forma de conocer en profundidad a nuestros escritores favoritos.

Aprender a valorar lo que ya tenemos. En mis estanterías hay muchos libros que aún no he leído y otros que me gustaría volver a leer. Solo con echar un vistazo encuentro alguno, con lo cuál dispongo siempre de un libro sin tener que volver a gastar dinero.

Algunas de estas técnicas funcionan siempre, no importa qué tipo de novedades te apasionen, desde la gastronomía a los videojuegos. Cualesquiera que sean tus intereses, si consigues encontrar otra vía para disfrutar de ellos que no sea mediante el culto a lo nuevo, normalmente tu cartera te lo termina agradeciendo.

Si este artículo te ha parecido interesante y hablas inglés, visita thesimpledollar.com.

4 Responses to “El Culto de lo Nuevo”

  1. Menos gasto por hora | Comparativa Bancos

    […] seis horas leyendo un libro que hemos sacado de la biblioteca no nos cuenta nada. El coste por hora es de 0 […]

    Responder
  2. Compras de segunda mano: superando las dificultades | Comparativa Bancos

    […] es la de comportarse “como un pobre” o ser muy avaro si compra productos usados. Vivimos en la época del culto a lo nuevo, y debido a esa idea catalogamos todo lo usado como “malo” y todo lo nuevo como […]

    Responder
  3. baytadarrell

    Toda la razón. Yo suelo pedirlo a la biblioteca y muchas veces he leído y luego no es para tanto. Ahora que tengo el ebook, intento no comprar ningún libro salvo que sea algo que quiera releer un montón de veces.

    Responder
  4. Anono

    Esta chica , cada dia tiene mas razon .El caso es que es la sociedad la que te atrapa y acabas obligado a comprar de esta forma y es dificil contenerse , aun asi , soy bastante cauto , pero tengo amigos que son tal y como describe el articulo.Un saludo desde Almeria a todos

    Responder

Deja una Respuesta