El economista y el pescador

Queridos inversores, la búsqueda de hacer fortuna mediante la inversión en los mercados es una quimera para millones de personas, desde hace ya muchas décadas y el sueño de poder montar un negocio y que éste se transforme en el fabuloso mecanismo financiero que genere millones de euros o dólares de beneficio y una maravillosa realización personal, es siempre…otra lógica ilusión.

Como hacemos habitualmente en esta sección que denominamos Consejos de Bolsa, también buscamos con fines didácticos las anécdotas y las fábulas sobre el dinero, por ello, especialmente destinado para los pequeños y medianos inversores, dentro de nuestros comentarios sobre economía y finanzas personales, hoy vamos a leer un cuento o relato de ficción: “El economista y el pescador”, que refleja los distintos conceptos que tenemos los seres humanos de lo que solemos llamar “calidad de vida”, según se tenga una preparación técnica adecuada o simplemente una idea clara de supervivencia basada en la cotidiana realidad de la vida.

Veamos como empieza este curioso y sobre todo psicológicamente esclarecedor cuento donde sus protagonistas son un economista y un pescador:
“Un economista que se encontraba de vacaciones, estaba en el muelle de un pueblecito costero cuando llegó un pequeño bote con un solo pescador. Dentro del pequeño barco había varios atunes amarillos de buen tamaño.
El economista se dirigió al pescador elogiándolo por la calidad del pescado y a su vez, le preguntó cuánto tiempo la había llevado pescarlos.
El pescador respondió que solo un poco de tiempo. El economista –asombrado- le preguntó: ¿Por qué no permanecía más tiempo en la mar y sacaba más pescado?
El pescador dijo que él tenía lo suficiente para satisfacer las necesidades básicas de su familia. El economista posteriormente le volvió a preguntar: ¿Pero qué hace usted con el resto de tiempo libre? El pescador dijo, “duermo tranquilo, pesco un poco, juego con mis hijos, hago siesta con mi señora, María, subo todas las noches al pueblo donde como y además toco la guitarra con mis amigos. Tengo una vida feliz y ocupada”.
El economista replicó, “Soy un MBA de Harvard y podría ayudarte. Deberías gastar más tiempo en la pesca y con los ingresos comprar un bote más grande, con los ingresos el bote más grande podrías comprar varios botes, afortunadamente tendrías una flota de botes pesqueros. En vez de vender el pescado a un intermediario lo podrías hacer directamente a un procesador e incluso abrir tu propia procesadora. Deberías controlar la producción, el procesamiento y la distribución. Deberías salir de este pueblo e irte a Ciudad de México, luego a Los Ángeles y posiblemente a Nueva York, desde donde manejarías tu empresa en expansión”.
El pescador preguntó, “Pero… ¿Cuánto tiempo tarda todo eso?”
A lo cual respondió el economista, “Entre 15 ó 20 años”.
“¿Y luego qué? El economista se rió y dijo que esa era la mejor parte.
Cuando llegue la hora deberías anunciar una OPI –Oferta inicial de acciones– y vender las acciones de tu empresa al público. “Te volverás rico, tendrás millones y millones… ¿y luego qué? Dijo el americano,”Luego te puedes retirar”. “Te mueves a un pueblecito en la costa donde puedes dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, hacer la siesta con tu mujer, subir todas las noches al pueblo donde comas y toques la guitarra con tus amigos”.
El pescador le miró fijamente y le respondió… ¿Acaso todo eso no es lo que tengo ya?

COMENTARIOS Y CONSEJOS

El relato anterior con humor y claros tintes económico-financieros, presenta el enfrentamiento psicológico de dos individuos que tienen distintas formas de ver la vida cotidiana -totalmente opuestas- en cuanto a sus conceptos de las necesidades que pueden requerir los seres humanos para sobrevivir de forma adecuada y satisfactoria en esta “aldea económicamente globalizada” y a veces excesivamente obsesionada por el dinero, llamada…Tierra.

La consecución del éxito financiero como hemos podido ver, no siempre conlleva una sensación de satisfacción vital personal, por lo que es conveniente a la hora de emprender cualquier negocio o inversión realizar un autoexamen psicológico y financiero, para conocer real y sinceramente lo que buscamos, qué logros económicos queremos, necesitamos y cuanto de nuestra actual forma de vida estaríamos dispuestos a renunciar por alcanzar… ¡¡¡ las metas futuras!!!

(Ver artículosEl banquero y el sapoyCuando sea mayor quiero ser rico).

La frase elegida para este artículo dice así: “El ser humano no es totalmente culpable puesto que no ha empezado la historia, ni tampoco totalmente inocente puesto que la continúa”.
Nosotros en Consejos de Bolsa, seguiremos comentando sobre finanzas personales y los mercados para lectores como usted. Esto será otro día.

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