Barreras pasivas contra el consumismo

Las barreras pasivas son esos pequeños impedimentos mentales que te llevan a no tomar las decisiones correctas. Cosas como dejar que una cuenta bancaria se quede en números rojos por no ir a hacer un depósito, o no salir a correr porque no te apetece cambiarte y ponerte la ropa de deporte. Aunque estas barreras mentales pasivas nos impiden muchas veces alcanzar nuestros objetivos financieros, lo cierto es que también pueden ser usadas como fuerza benéfica.

Ya que este tipo de barreras trabajan en nuestra contra, de vez en cuanto sienta bien poder darle la vuelta a la tortilla.

Un buen ejemplo es la regla de los 30 días. Cuando sentimos que nos apetece comprar algo (un nuevo móvil, un tablet pc, etc), podemos usar la pereza a nuestro favor esperando treinta días antes de tomar la decisión de hacer la compra. Si al cabo de ese tiempo aún queremos efectuarla, es el momento de seguir adelante. Esta regla trabaja especialmente bien contra las compras por impulso.

Otra barrera que podemos colocar consiste en que empecemos a valorar más las experiencias que las posesiones materiales. Hacer senderismo, salir con los amigos, aprender a bailar…, hay múltiples actividades que pueden llenar nuestras vidas mucho más que la simple acumulación de objetos. Es cierto que realizar este tipo de actividades también conlleva un gasto, pero no son tan sencillas de llevar a cabo como simplemente ver algo y sacar la tarjeta de crédito para comprarlo. Requieren una mayor implicación por nuestra parte y eso hace que seamos más selectivos y menos propenso a sobrepasar nuestros límites.

El truco de cualquier barrera pasiva al consumismo que deseemos implementar es hacerla consistente. Así, cada vez que tengamos que tomar una decisión de compra, tendremos que saltar esa barrera. Si lo hacemos, ¡estupendo! No hay nada de malo en comprar algo valioso o algo que vamos a disfrutar de verdad.

El objetivo de estas barreras es asegurarnos de que nuestros gastos son algo deliberado y meditado, tanto como sea posible. Y de hecho, estos son solo un par de ejemplos de docenas de métodos que pueden ser efectivos.

Estoy segura de que mucha gente tiene sus propias barreras. ¿Qué filtros son los que te funcionan a la hora de restringir el impulso de gastar?

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